Frank Gehry: biografía, obra y estilo del icónico arquitecto
Hay arquitectos que construyen edificios. Y luego está Frank Gehry, que crea emociones en titanio, vértigo en vidrio, sueños en acero...
Hay arquitectos que construyen edificios. Y luego está Frank Gehry, que crea emociones en titanio, vértigo en vidrio, sueños en acero. Para él, la arquitectura no es dócil ni directa: es una danza, un giro, una audacia que rechaza la línea recta y nítida.
Gehryesque: el arte de doblar sin romper
Nacido en 1929 en Toronto bajo el nombre de Ephraim Owen Goldberg, Frank Gehry se trasladó a Los Ángeles a los 17 años y fundó su estudio en 1962. Muy rápidamente impuso su filosofía: la arquitectura no es un marco, sino una emoción.
Su casa de Santa Mónica, un bricolaje deliberado de cartón, malla metálica y metal, se convirtió en su primer manifiesto anticonformista. Los volúmenes libres y las texturas crudas de este período presagiaron su estilo característico: formas aparentemente arrancadas por el viento, que se mueven e interactúan con el espacio.
Hoy en día, el término "Gehryesco" se refiere a todo lo que se retuerce, se escapa, se rebela, sin dejar de ser increíblemente elegante, un poco como la actitud ideal que uno cultiva ante la vida: no romperse, sino doblarse con elegancia.
Guggenheim Bilbao: el efecto Bilbao
Es imposible hablar de Gehry sin mencionar el Guggenheim Bilbao (1997). Un gigantesco ramo metálico, una nave escultórica que literalmente revitalizó una ciudad entera. Aquí, Gehry encierra el viento en titanio y transforma el urbanismo en pura emoción..
Fundación Louis Vuitton: París en ingravidez
En París, la Fundación Louis Vuitton (2014) presentó doce velas de cristal tan ligeras como un pañuelo de Hermès. Gehry demostró allí que se puede ser espectacular sin sacrificar la elegancia, y que la elegancia reside en la transparencia, las curvas y la luz.
Walt Disney Concert Hall: Música esculpida
En Los Ángeles, el Walt Disney Concert Hall es una auténtica escultura musical. Sus curvas de acero inoxidable reflejan la luz californiana, mientras que su acústica eleva la experiencia sensorial. Una obra maestra donde el estilo nunca pierde de vista la esencia, como un hombro ligeramente al descubierto en un vestido de alta costura.
El arte de distorsionar elegantemente la realidad…
Frank Gehry no construía estructuras: contaba historias.
Sus obras —libres, luminosas, a veces rebeldes— nos recuerdan que la audacia puede ser un gesto elegante, que la libertad puede revestirse de elegancia y que un edificio puede ser tan transformador como un poema.